martes, 29 de marzo de 2011

Fluir

Enraizadas en la tierra
soltamos palabras al viento
enxhalando perpetuidad
y explorando circunstancias
tu abrazo es mi cielo
que hoy luce nublado
tal vez, quién sabe
revisando cada lágrima
alternando sensaciones.

El paisaje se torna azul
como los sueños que besamos
como la cadencia de esa melodía
como el tiempo que agitamos.

Que fluya. Solo espero.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Equinoccio

Murallas desgastadas
fijación y nada
mensajes cruzados
letras en puente
pasadizo literal
cruz del sur
divague, bemoles
haz de luz en vos
péndulo, regla de tiempos
un poniente en sol mayor. 

viernes, 11 de marzo de 2011

Y, sin embargo

De sobras sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.

Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.

Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.

Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.

(escrito por Joaquín Sabina)