de Esmeralda

Leo este tu silencio
tras el cristal mojado
penetro el laberinto indiferente
ocaso otra vez en el cielo
tu dulce aura me guía
percibo las señales de tu corazón
que en algún rincón está atrapado.

Mujer, ¿adónde vas?
detén tu andar urgente
no huyas al jamás
reposa tu dolor en mí
haz de mi amor tu hogar;
deshoja tu pena
dame tu mirada de esmeralda
viajemos al centro de la esencia.

Cuarto Menguante

Sobrevuelo lejos de aquí
inmerso en estos laberintos
quiero poder hallar el sosiego
(anhelo la inocencia de aquellos momentos)
duermo en los sueños dibujados
por el alma inquieta y errante.

La volcánica efervescencia
devino en sórdida tempestad
me empujo inevitable
hacia este mar de lava;
quiero creer en tu sonrisa
y hallar quietud en tu mirada.

Transporta este espíritu hoy incierto
hacia la dimensión soñada
yo subiré hasta tu estrella
abrígame con el calor de tu aura
para fundirnos en luz única.

sentires

Nuestras pieles
responden a los vientos
en dialécticas diferentes
perciben el rocío
se asombran ante el candor
vacían pesadas ansias
delatan huellas de agonías
buscan refugio en un abrazo
tangibles traducen el infinito.