Cuánto amor se desangra
por esos ríos de cristal
las palabras anudadas
en silencio se tiñen de sal.
Vuela hacia el jamás
la ilusión que nos embarcó
aunando nuestros pasos
nada queda de aquella ilusión.
No llores, querida amiga
Levanta hoy tu mirada
deja que el sol seque la herida
paciente volverá la calma.
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