Amaneciste en otro otoño
acaso ya te esperaba
entre sueños amarillos
y acordes menores.
Las miradas se acariciaron
callaron lluvias ténues
el sol secó soledades
y la dicotomía de ser.
En tus manos me quebré
liberé dudas y pasiones
las pulsaciones inquietas
ondularon en secreta confesión.
Hermosa, quedate conmigo
y escapemos de las horas
cantame con tus latidos
quisiera mirar el cielo en tu beso.
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