Dejá de soñar, me dijo
previsible, respondí instantes
dormitando añoranzas de soles
tu nombre como un mantra
resuena en latidos ya vacíos.
Los días giran en contradicción
y hoy las horas se escabullen
como lágrimas disueltas en espiral
apartado, entonces, del camino
los astros ya no saben adonde volaré.
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